Estudiar la Palabra de Dios en profundidad puede parecer abrumador. Hay tantos libros, contextos históricos, símbolos y enseñanzas, que a veces no sabemos por dónde empezar ni cómo seguir sin perdernos. Pero lo cierto es que profundizar en las Escrituras no es solo posible, sino también una experiencia transformadora, si lo hacemos con la guía del Espíritu Santo… y algunos pasos prácticos. Hoy compartimos algunas claves que nos han ayudado a sumergirnos en la Palabra con más claridad y disfrute. 1. Oremos antes de abrir la Biblia Nada reemplaza la guía del Espíritu. Antes de comenzar a leer, tomémonos un momento para orar y pedirle a Dios que abra nuestro entendimiento y nos muestre lo que Él quiere enseñarnos. No es un paso formal, es un acto de dependencia. 2. Leamos con una intención clara ¿Estamos buscando conocer más a Jesús? ¿Queremos entender mejor un tema? ¿Estudiar un libro específico? Tener un propósito definido nos ayuda a no divagar y a mantenernos enfocadas. Pod...